19 de septiembre de 2017

Cuba Libre!







Y queriendo aterricé en La Habana para perderme entre sus callejuelas adoquinadas y perfumadas de cohíbas, mientras el sonar de los músicos callejeros me animaban a bailar, y sin más, mis pies se deslizaban al son cubano.

Su dulce sabor empapaba mis pupilas y degustaba cada esquina como si fuese el último trago. 

Sorteando cada 50 metros a los jineteros llegué a La Habana Vieja con un desafiante calor húmedo. La espalda empapada en sudor y con el abanico roto solo pudo  encontrar alivio con un buen mojito. En la puerta de un "bar" recostada en un silla descolorida compartí viandas con habaneros que me hicieron sentir como en casa.

Y en La Plaza de la Revolución "El Che" me embrujo guiñándome un ojo hasta que un Cadillac sacado de años pretéritos acabó con su magia.

Cayó el Sol, hora de acompañar a la Luna en el Malecón, el cabaret de los pobres. Brindemos pues me dijeron, todas las noches son Lunas de Miel.



Buena Caza!!!!!!